Hay una ley sagrada y respetada en todo el cosmos que se llama el Libre Albedrío. Ella permite escoger lo que se desea, pero no excluye la inclinación al mal ni da sabiduría para nada. Muchas personas no saben que esa ley existe y, aunque todos la practican, nadie está obligado a entender ni aceptar la existencia de esta ley.
Cada ser humano ha sido creado soberanamente libre para hacer lo que guste en bien o en mal, aunque sea caer en los abismos. También puede elevarse a las alturas, si así lo quiere y lo intenta.
El Libre Albedrío permite realizar la vida según los propios deseos, anhelos y esperanzas. Es posible escoger entre las circunstancias que surjan, por responsabilidad personal, pero hay que tener cuidado y estar alerta para no crearnos dificultades e inconvenientes.
Debemos hacer buen uso de nuestras habilidades y poderes, de la energía vital y de todo cuanto se nos da, pues hay que rendir cuenta de ello ante la Junta Kármica al finalizar cada reencarnación.
Resulta muy importante que controlemos los pensamientos, sentimientos y palabras, pues como pienses, sientas y hables, así será lo que tengas, disfrutes y vivas.
José G. González C.
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