Mucho se dice acerca de la voluntad para desarrollar alguna acción o proceso dentro de cualquier actividad de la vida diaria, sin embargo, debemos estar atentos siempre con Intención que lleva consigo la Acción que tomamos hacia los demás.
La línea entre una Acción con Buena Intención y Otra con Intención distinta es muy delgada, por lo tanto el equilibrio entre pensar-sentir-hacer es importante para que nuestra intención sea la correcta y poder disfrutar de la Acción Consciente.
Un ejemplo claro de esto es, aquella persona que ve a un mengido en la calle y para aparenter ser bueno le da alguna moneda al mendigo en el momento donde hay muchas personas que pudieran observarlo y así figurar como el dador alegre cuando en realidad su intención con esa acción fué ser "aplaudido", "llamar la atención" con la acción de dar la moneda.
La Acción Consciente resulta de esa Intención de ayudar a tu prójimo sin importar quien, que o el momento en que lo vayas a efectuar, recuerda que todo en el Universo está vinculado y por lo tanto una buena acción repercute significativamente de retorno en tí así como aquella que no es una acción correcta.
Es por ello que, la Acción debe estar acompañada de Amor Incondicional o en el mejor de los casos de una Intención Cristalina donde no haya más dicha que no sea ayudar al prójimo sin esperar recibir aplausos, reconocomiento u otra respuesta para alimentar el Ego Propio.
Piensa por un momento antes de actuar y preguntate, ¿A cuantas personas podré ayudar con la Acción que realizaré? y podrás definir si tu Acción está correcta o no.
José G. González C.
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